Por Carlos Carballido.
Estoy por pensar que la única pandemia real que afecta al mundo no es el Covid-19 sino el Síndrome Generalizado de la Idiotez y el oportunismo político de la Nueva Izquierda Global.
Ahora, después de ser testigos de un tsunami en la política estadounidense que llevó a Joe Biden a la Casa Blanca tras una de las elecciones más amañadas de la Historia, podemos ver -con muchísima más claridad- la Gran Estafa con la que se llevó a cabo un cambio desfavorable en la correlación de fuerzas políticas y económicas que ha colocado a la humanidad en un aparente punto de NO retorno, tal y como lo ha advertido el economista y sociólogo Thomas Sowell.
En Política no hay casualidades y mucho menos coincidencias cuando de la noche a la mañana lo que era el peor azote a la humanidad pasó a ser un virus respiratorio más con el cual se puede convivir.
Imagine que en un evento deportivo un árbitro modifica a última hora las reglas para dar ventaja al equipo contrario. La afición siente que no solo les han faltado el respeto, sino que insultan la inteligencia de todos los presentes en el juego. Bien. Esto es lo que está sucediendo desde el minuto primero que Biden juramentó su presidencia.
Ese mismo día, sin siguiera dejar aguardar por un tiempo prudencial, la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó un aviso de que la prueba COVID PCR era demasiado sensible en función de su umbral de ciclo, casi lo mismo que un millar de médicos y virólogos venían advirtiendo desde mediados del 2020 y por lo cual muchos fueron despedidos de sus trabajos por abrazar supuestas teorías falsas.
La OMS y la nueva administración de Biden advirtieron pasadas 24 horas de la investidura, que la metodología para cuantificar los casos debería “reordenarse” . Ahora, dijeron, en cada resultado positivo, en lugar de simplemente agregarse al recuento de casos estadísticos que llevaban los medios de comunicación cómo CNN, Fox News y MSNBC, deben considerarse otros factores, como los detalles de la prueba, los síntomas y el historial del paciente, tal y como se haría para la mayoría de las otras pruebas de laboratorio en medicina. Para decirlo de otra manera, ya no hace falta el terror mediático sino suavizar el número de contagiados, quizás para irnos de Pandemia a Epidemia respiratoria estacional y agradecerlos a ingentes y magníficos esfuerzos del binomio Biden/Harris. Esta actitud cómplice y tramposa hará que el listado abrumador de contagiados llegue a sus niveles más bajos y estables en pocas semanas porque la agenda deberá cumplirse y un encierro obligado sería contraproducente.
En está semana algunos medios filtraron que este aviso estaba listo para ser publicado el 13 de enero pasado, pero ante la incertidumbre política que generó la no aceptación de Trump de haber perdido las elecciones y en espera, quizás, del ataque al Capitolio entonces decidieron detenerlo hasta un día después del cambio de administración. ¿Casualidad? NO. En Política no existen como ya dije.
En está gran estafa, todos han sido cómplices. El New York Times conocía que la prueba de PCR de COVID era demasiado sensible el verano pasado, informando que el 90 por ciento de los pacientes que dieron positivo “apenas portaban virus” según los umbrales del ciclo. Varios artículos sobre el tema fueron borrados de la internet cuando el discurso oficial cambió para culpar a Trump del mal manejo del virus. La pregunta que debemos hacernos es si esa noticia fue silenciada o si fue ¿adredemente ignorada? El planteamiento es exactamente igual a las denuncias que ha presentado el grupo Médicos por la Verdad que empezó en Alemania y hoy se extiende a más de 50 naciones de todo el orbe.
El Dr. Anthony Fauci, responsable del manejo de la Pandemia, también lo sabía y reconoció en una entrevista el verano pasado las consecuencias de una prueba de PCR demasiado sensible que podía incluir en las estadísticas a personas que no estaban enfermas pero que sí podían ser portadores de secuencias de ADN semejantes a las del virus Corona, sus variantes o al de varios tipos de Flu. Sin embargo, el propio Fauci luego se encargaría de contradecirse al igual que lo hizo con la inefectividad del uso de la mascarilla.
Todo parece indicar que la Pandemia fue debidamente calculada para inocular el virus del terror en la sociedad global, pero que en la estadounidense, en años de elecciones vendría como anillo al dedo para incentivar el voto por correo, cuya irregularidad acabó con la real victoria Electoral de Donald Trump.
Si usted me acusa de conspiranoide aquí le hago otra pregunta. ¿Por qué al siguiente día de la toma de posesión de Biden, la AP anunciaba -¡oh, milagro Universal!- que al menos 32 estados de la Unión estaban aplanando la curva de contagios y ya podían levantarse ciertas restricciones. Igualmente, los gobernadores de New York y California advertían que no podían seguir encerrados cuando hasta hace solo 10 días arremetían contra negocios y particulares obligándolos a un encierro masivo. Biden declaró igualmente que estaban dándose las condiciones para que los niños regresarán a las escuelas. Su cuestionada victoria fue más bien milagrosa y salvadora.
Esta nueva directiva política, inaceptable durante la administración Trump, es una muestra de que aquellos que llaman a esta crisis del Covid, la Plan-demia China, jamás estuvieron equivocados.
Si el Coronavirus sirvió de algo fue para ensayar lo que las élites mundiales pueden hacer a su antojo con el resto de la humanidad y sus diferentes gobiernos. Un virus convertido en chivo expiatorio para anular las libertades individuales y el derecho de las personas a la reunirse y transitar libremente. Y lo más significativo, ganar elecciones bajo una justificación que violó la Constitución y las leyes de los estados. El Covid fue tan útil que ni siquiera las instituciones o la justicia tuvieron que perder su tiempo en investigar irregularidades o demandas de afectados por medidas tan absurdas e inconstitucionales.
Aprendieron cómo revivir este asunto cada cuatro años y apuesto a que lo harán con nuevas cepas, renovadas mutaciones del virus, quizás otros más agresivos y letales para reactivar el pánico. Mientras tanto… el rebaño humano caminará sin protestar hacia su propio matadero.
Carlos Carballido es periodista, webmaster y Vicedirector de Zoe Post.
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Muchas gracias, opinion acertada . La californicacion estadounidense nos convierte en republica bananera.
La “Humanidad” está saturada de “excesos”. De ahí que busque de “forma adictiva” a tiranos y gobernantes corruptos que la lleven al caos, la esclavitud y la aniquilación. Es su modo antinatural de “reciclarse”. La “robotización trans-humana ” está en marcha … mientras tanto, los pueblos “duermen”, los viejos “sueñan” y los jóvenes “vegetan”. Wells, Orwell, Bradbury, Huxley, Elliston, Lem… Todos esos autores han percibido el horror y lo han narrado. Los “lectores” (la mayoría) han visto una “distracción y divertimento” en sus libros; sólo unos pocos han sabido comprender que todos ellos son los “nuevos profetas” que nos narran el espanto y la desolación de la deshumanización progresiva.
Por ejemplo, Harlan Elliston, nos cuenta la tortura de un ordenador contra un grupo de humanos en su historia “No tengo boca y debo gritar”, mientras Stanislav Lem nos relata los trastornos mentales que están desarrollando los habitantes, que son observados desde una estación espacial.
El terror ha perdido su verdadera capacidad, que es la de Alertar y Actuar sobre el ser humano para que, por un “instintivo resorte de pura supervivencia” HAGA ALGO, LO QUE SEA, PARA SOBREVIVIR.
Nadie se manifiesta, todos “aceptan en silencio” las famosas “medidas sanitarias” mientras comienzan a crecer el paro y la miseria, a la vez que los “trillonarios” viven rodeados de mucho más de lo que pueden disfrutar en mil vidas que viviesen. Esos trillonarios que, finalmente, morirán (aunque sea de asco, hastío y hasta de un profundo y acendrado desinterés ).
Muy acertado su artículo . Espero que algún dormido despierte.