Por Eleggua Irossoumbo.
Esto de ser tan duraderos bajo las tiranías es un lujo que sólo los cubanos nos podemos dar. Fuimos los últimos que nos liberamos del imperio español, y eso gracias a que esos mambises le dieron candela a varios pueblos en Cuba para entre otras cosas obligar a los pobladores a pelear. De lo contrario, hoy 31 de diciembre estaríamos todavía celebrando con fabada.
Existen anécdotas que Maceo llegó a ciertas partes de Cuba y mandó a tocar a su corneta para hacerle un llamado a la población a unirse a la lucha, y según rumores el corneta rompió tres cornetas y nadie salió. Hasta en eso tuvieron suerte los mambises. Si tocasen esa misma corneta hoy en día, la conga que se formaba sería de proporciones bíblicas, y al corneta lo contratarían en los Van Van y viajaría a Miami mediante el intercambio cultural.
No tengo ni puta idea cuánto más durará la tiranía en Cuba, ahora resulta que algunos por allá dicen que la culpa de que esa tiranía siga en el poder es de aquellos que nos fuimos, no de los que se quedaron a aplaudir, marchar, y gritar. Vivo convencido de que Cuba es una tierra sin pueblo. Lo que tiene Cuba son inquilinos. Inquilinos que siempre están a la espera de una oportunidad para mudarse.
Perdimos el sentido de pertenencia porque jamás en estos últimos 62 años tuvimos nada. ¿Qué coño nos a dado Cuba? Dolor, tragedias, hambre, prisiones, traiciones, derrumbes, etcétera… Cuba es una nación en donde nadie cumple sus promesas, ni victimarios ni víctimas. Nadie cumple. Los tiranos prometen de todo, hasta más dolor y sus detractores prometen que este es el año y ¡nada!
Una nación no sólo con sueños rotos, con promesas incumplidas, un país con himno que debería dar vergüenza cantar. Un país lleno de héroes, mártires y valientes hombres cuyos únicos consuelos han sido la Muerte y el dolor. ¿viva Cuba libre? ¿Sí? ¿De qué?
FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS.
Elegguá Irosoumbo es ex preso político y freelancer.
LA «CULPA» NUNCA CAE AL SUELO.
Habría que preguntarle a Mamá Inés, si alguien, en alguna parte de Kuba, toma café. Seguro que ella sabría a quién echarle la culpa, pero como está tan viejita, fingiría un Alzheimer «galopante» y diría aquello tan típico que se dice cuando no se quiere decir nada:
-M’ijo yo no sé que tú tá jablá. No t’entiendo ná, mi niño. Yo son vieja lucumí y … «siá, siá, cariajo!» Tu no embromá a mí.