Por Enaida Unzueta *
Justo dentro de un mes se cumplirán ocho años de su fallecimiento pero desde que nació lo vasco fue una parte importante de su vida. Aunque estábamos en La Habana, de Karrantza en Vizcaya (el lugar donde había nacido mi padre) se hablaba cada día. Vivíamos en el barrio de Cayo Hueso, pero el orden de la casa era vasco.
Después, como hombre y artista adulto, la destreza, el talento y la disciplina fueron heredados de mi padre.
En su obra, tan personal, se fusiona la sensibilidad caribeña con el rigor y la autoexigencia de mi familia paterna.
Los temas de su pinturas son una mezcla de inocencia y sofisticación, desde una mirada que nunca dejó de ser la de un niño. Eran dos ojos abiertos a todo, atentos a los detalles y las señas ocultas.
Su paleta extensa, bien probada, sin encasillamientos pero con preferencias. Los verdes, todos. Los azules, intensos o aterciopelados, el plata, los naranjas furiosos.
Y luego el dibujo, puro, que es el esqueleto de la pintura, el sostén. Sin buena línea, no hay nada que hacer, tiene que estar latente en la pieza aunque no se vea, como la puntada invisible de un buen modisto.
Le encantaba dibujar, desde niño fue vocación y pasión, a la vez. Dibujaba, todo y a todas. Porque el asunto de como las mujeres encaramos la soledad fue su tema principal. Según sus palabras, y cito:
”Las mujeres son más interesantes que los hombres, que son muy simples. Por eso las pinto contentas, tristes, triunfadoras, perdedoras, prostitutas, bonitas, feas, madres, hijas, novias, todo lo que puede ser una mujer. Recreo su espera, su paciencia y sobre todo, su soledad”.
Estuvo poco en Karrantza. A una semana de su salida definitiva al exilio. Cuando todavía estaba aturdido, dolorido y feliz.
Le gustaron sobre todo los animales, el río. Y el bosque. Anduvimos por Bilbao, almorzamos delicias para él desconocidas y nos fuimos a comprar óperas y libros.
Al regreso, disfrutó del tren.
Todo él está en su obra, sólo hay que mirarla con atención.
*Enaida Unzueta es galerista y hermana del pintor.
Bello escrito sobre un gran pintor. Su obra es simplemente maravillosa. Gracias.
Desde que conocí su obra me llamo mucho la atención de esos ojos que hablan Y el color. Siempre hoy algo de ti en sus pintura Ena, tu fuistes su musa y Zoe tambien. Me encanto tu relato. Besos
Para mí, el descubrimiento de Unzueta ha sido maravilloso, uno de los grandes sucesos estéticos en mi vida reciente. Sorpresa, maravilla, encantamiento, deslumbramiento y complicidad… Algún día su obra deberá ser reconocida en una Cuba Libre, porque él será el gran Pintor de esa Cuba del futuro, en una sucesión que va desde Jorge Arche, Carlos Enríquez, Víctor Manuel hasta Servando Cabrera. Gracias a sus DOS hermanas, Enaida y Zoé, por su empeño generoso en darnos a conocer su obra y su vida.
Alejandro González Acosta. Me has conmovido. Gracias a todos.