Por Félix Antonio Rojas.
De los creadores de opinión y de la operación de bandera falsa (Eliécer le dice a Alarcón que quiere viajar con su familia a visitar la tumba del Che), ahora se presentan con el performance Gambito de Guajiro, en tiempos post Black Lives Matter. Donde las piezas negras en un acto de emancipación deportiva y de análisis estratégico, se quitan los grilletes poéticos de las esclavistas piezas blancas, en homenaje a Félix Sicre el primer campeón cubano de ajedrez no oficial y a los vanguardistas, cándidos y venerables aseres de Soros Isidro.
Usufructuar tendencias pop de movimientos políticos y de eventos que provocan un estallido social devastador y grave, por el asesinato de un delincuente afroamericano, premeditadamente televisado y viral, mezclándolo con el espíritu y el ideal del deporte y el ajedrez, después de estar recriminando y enjuiciando la raza y la ideología que movilizaba el horror que reinaba en las noches de anarquismo y fuego mientras te paseabas con tu Mercedes Benz por Miami Beach, te hace igual a los que en La Habana Vieja te pueden decir blanquito pero no lo puedes llamar negro, porque desde 1959 en Cuba y hoy en el mundo, le cambiaron el color a las cosas. Cambio, que comenzaron sus padres y sus abuelos apoyando y abrazando el discurso de La Bestia y su revolución exclusiva, hijo de un soldado blanco colonialista español, que fue ayudado y asistido para derrocar al presidente mestizo hijo de un humilde soldado mambí.
Los pueblos, almacenan sus mierdas y sus pesadillas, para después tirarlas y esparcirla por toda la patria, si perciben que están dentro de una jaula por supuesto. Luego llega el karma, y por el caudillo que luchaste, por todo lo que llegaste a traicionar, hasta tu propia familia, para luego llevarlos con tu ingenuidad al poder, suponiendo que pensabas que estabas en el camino correcto. Hoy te cautivan, hoy te devuelven la mierda que lanzaste, otra vez dentro de la jaula como agradecimiento a tu garrafal equivocación y a tus pesadillas, que nunca se fueron y que siguen estando ahí…
De los creadores de El Profeta Eliécer, todos tenemos una oportunidad para cambiar, estrenan en el festival de ajedrez de la ANAP en la calle 8, con una súper producción de somosmenos, nocantatv y Soros Isidro Lives Matter e invocando el Eggun y el flow del Michael (el único ser humano que transmutó de colores eclipsados y atezados a gamas más albugíneas y pálidas). Mientras a lo lejos en Mordor comienza a escucharse un sonido ensordecedor de silbidos como aves con bulimia y de trompetas celestiales que anuncian el fucking apocalípsis de Palmas y Cañas.
Gambito de Guajiro.
Félix Antonio Rojas es friki freelance.