Por Zoé Valdés.
Para nadie es un secreto que la mujer política que mayor interés despierta en España en la actualidad por sus ideas y formas de plantearlas es Macarena Olona, de VOX.
Llegó a la política ya trabajada, como abogada, y se lanzó poniendo cabeza, cara, corazón, y pecho, que lo tiene y natural. Macarena Olona vibra toda ella como patriota hasta los huesos; ama a su país, ama también y mucho a Andalucía. Por sus ancestros, por su abuela, por su niñez.
Por amor Andalucía la hizo suya, y ella le puso un pedestal en sus entrañas. Porque Olona es una política de entrañas, de ideas que sostienen esa fuerza que le nace de muy hondo, desde el vientre y la cabeza.
Macarena Olona es de la estirpe de Isabel Díaz Ayuso (PP), de Cayetana Álvarez de Toledo (PP), y de mi querida Rocío Monasterio, hay otras en VOX, disculpen no las mencione a todas. VOX es el partido de las mujeres inteligentes y aguerridas. Olona es ya un sello de distinción, una marca de tierra y agua. Por sus venas fluye la vida en perenne evolución y meditada frescura.
Olona reverencia todo aquello que la izquierda detesta y destruye, eso ya vale su peso en oro, y vale todavía más para que la votemos por Andalucía y por España.
Macarena Olona, que yo la llamaría MACA, por aquello de Make Andalucía Colossal Again, y créanme que Maca me gusta más que Trump, aunque Trump sigue estando ahí, pésele a quien le pese.
Maca es la única que puede hacer efectivo que la corrupción no regrese a Andalucía de la mano del PSOE. MACA (Make Andalucía Colossal Again) es “lo” único que con Macarena posibilitará que el Partido Popular y el resto de las fuerzas políticas españolas entiendan que la verdad y la serenidad deben traducirse en lo que realmente significan: ideas, lealtad al conservadurismo frente a la debacle de la ultraizquierda, entrega y acción, por los andaluces como andaluces, y como españoles.
Mientras que Maca con su MACA intenta volver a situar a Andalucía en el altar que merece, llevarla en hombros, a ojos del mundo, por otra parte, yo no sé, pero tengo la impresión de que al resto lo que le conviene es lo contrario: empequeñecer Andalucía y reducirla a la esquina, al montoncito de basura sin barrer, para dominarla mejor y de tal forma enquistarla en sus localismos y cartujas.
Esquinar a Andalucía es esquinar una idea, un sentimiento, un arte, y una pasión, que el mundo posee de esa tierra de luz, y de toda España.
Acorralar a Andalucía es hacer lo que hizo Ada Colau con Barcelona, pisotearla y mearse encima, con perdón de la vulgaridad, pero no cabe otra palabra. Ningunear Andalucía es hacer algo peor, es hacer lo que hace el gobierno socialcomunista de Sánchez con España.
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Haber hecho de Andalucía una caricatura pueblerina, cuando el Mundo moderno está hecho a su imagen (Ejemplo Cadiz y La Habana), ha sido otro crimen socialista.