Por Gloria Chávez Vásquez.
Según el documento filtrado en la red por el periódico digital Político, la ley de 1973, Roe v. Wade, que transformó al aborto en un derecho federal, será revocado por la Suprema Corte de Justicia en Estados Unidos. En el proyecto de ley, seis jueces argumentan que el aborto no es un tema que ataña a la Suprema Corte. Lo cual es cierto, pues no aparece en la Constitución.
La medida significa que la Suprema Corte delegará los casos, relacionados con el aborto, a las cortes de cada estado de la Unión. Es una decisión salomónica, ya que cada región tiene su “personalidad” distintiva. Se evita así la pérdida de tiempo y energía, preciosos en un país de casi 400 millones de habitantes, agilizando las decisiones judiciales. Cabe señalar, que los jueces en las cortes estatales son mayormente demócratas y obvios defensores del derecho al aborto.
No se trata de la prohibición del aborto, como lo quieren hacer parecer sus oponentes, sino una reforma en el proceso de decisión.
Sin embargo, la verdadera noticia no es la revocación, sino la filtración del documento, puesto que el robo de documentos es un delito y jamás había ocurrido en la historia de la Suprema Corte. La intención real de la izquierda radical norteamericana en filtrar el documento, iniciado por el juez Samuel Alito hace dos meses, fue la de distraer y confundir al público.
La prioridad del estado profundo es la de encubrir el fraude electoral, demostrado con evidencia irrefutable, en un documental que debutó el 2 de mayo. El siniestro cartel esperó hasta esta semana para torpedear la premier del explosivo documental 2.000 Mulas, producido por Dinesh D’Souza y True the Vote, que revela cuántos de los 81 millones de votos de Joe Biden, eran fraudulentos.
Pero noten el momento. La decisión de la Suprema Corte sobre Roe v. Wade no se activaría hasta julio de este año. Así que quien robó y filtró el documento, lo hizo para oscurecer la denuncia sobre el fraude electoral. Seguidamente, los medios de manipulación en cadena, clamaron desde sus titulares y pantallas, que si el aborto deja de ser un derecho federal “sería una catástrofe para las mujeres”. Rachel Maddow, la anfitriona de msnbc interpretó la revocación de la ley federal, como una “prohibición del aborto a nivel nacional”. De otro lado, los medios conservadores se volcaron en la urgencia de hallar al culpable del robo del documento de la Corte Suprema. Nadie habla del fraude electoral en las elecciones de 2020.
El ladrón y filtrador del documento, obviamente alguien con credenciales y acceso ilimitado, buscaba generar una tormenta de crítica vitriólica y asustar a los jueces conservadores para que cambien su voto antes de que se haga pública su decisión. Pero si en realidad hubiera querido preservar la ley Roe v. Wade, podía haberlo hecho cuatro meses antes.
Gerald Flurry, editor en jefe de la revista The Trumpet, comenta que, en marzo pasado, el New York Times admitió por fin, que el computador portátil en cuestión, si era el de Hunter Biden. Y que la cantidad de información relevante y escandalosa es sobre Hunter y su padre, el presidente. Flurry señala que esa admisión retrasada, era una distracción al hecho de que Project Veritas había grabado al periodista del New York Times, Matthew Rosenberg admitiendo que la protesta del 6 de enero, 2021, frente al Capitolio había sido inofensiva y no una peligrosa insurrección como habían hecho creer los políticos y los medios en Washington. Ahora el Times y otros medios cómplices, se dedican a hablar de todo, menos de la denuncia de que el actual es un presidente ilegítimo y que el gobierno de la nación es actualmente un “cartel” y no una democracia.
“Estamos viendo hasta dónde llega la izquierda radical con tal de aferrarse al poder,” dice Flurry, y afirma que, acostumbrados como están al matoneo, “No respetan la ley y creen que están por encima de ella”. Según el editor, este tipo de gente “odia la Constitución.”
“Nada ilustra mejor ese odio”, continúa diciendo el veterano periodista_ “que los esfuerzos por manufacturar votos ilegales y depositarlos por montones en las urnas, solo porque no querían al hombre que la mayoría del pueblo americano escogió como presidente”, concluye Flurry.
Gloria Chávez Vásquez es escritora, periodista y educadora residente en Estados Unidos.