Por Estelle Farjot y Léonie Trébor/Causeur.
El halal ya no se limita a los estantes de los pasillos de alimentación. El mercado de ropa y productos cosméticos que cumplen con los preceptos islámicos está en auge, y todos quieren su parte del pastel, desde las páginas web chinas hasta las casas de alta costura europeas.
¿Cómo será la mujer francesa dentro de cincuenta años? ¿Una doble de Brigitte Bardot, de espíritu libre, audaz, con el pelo suelto y un labial vibrante? ¿O una figura silenciosa y austera, con la cabeza cubierta y la silueta camuflada? La razón por la que esta pregunta se plantea hoy es que los productos halal están ganando terreno en nuestro país cada día y ya no se limitan a las carnicerías y los supermercados. Ahora se encuentran en los pasillos de moda y belleza, y se están infiltrando en los armarios y baños de muchos de nuestros conciudadanos.
Estilo «modesto»
En la jerga del comercio minorista masivo, este fenómeno tiene un nombre: «moda modesta «. Una forma políticamente correcta de referirse a la ropa y los cosméticos que se ajustan a los preceptos islámicos. Toda una gama de productos que supuestamente obedecen al versículo 26 ( «La modestia es parte de la fe» ) de la sura coránica «Al-A’raf» («El Muro»), donde se predice que, en el Día del Juicio, una barrera separará a los musulmanes justos, quienes se salvarán…
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Nota de ZoePost: Un artículo irónico, desde luego.
