EDITO

ED. Donald Trump y Maduro: la precipitación es mala consejera para Venezuela

Por Zoé Valdés/El Debate.

Los que llevamos más de seis décadas esperando a que la libertad se materialice en Cuba sabemos que por mucho que la deseemos la premura es mala consejera. Existe como un sino, un destino comunista, que hasta que no hayas padecido y concluido las consecuencias de los errores durante casi ochenta años no se estaría preparado para desandar el camino sembrado de hoces y martillos; y de tal modo emprender la carrera hacia la limpieza total del espíritu, el renacer del pensamiento.

Entiendo a los venezolanos y su apuro, también nosotros lo hemos sufrido en numerosas situaciones: Bahía de Cochinos, la Guerra del Escambray, donde nadie fue a liberarnos, los cubanos decidieron liberarse. Pero hay que saber que Estados Unidos nunca estará urgido en nada que no les convenga y con lo que no ganen al ciento por ciento.

Lo segundo que hay que comprender es que mientras más analistas surjan, sean militares del ejército norteamericano, o donde lo hayan sido, o lo sigan siendo, a hablar de lo que es poco probable que suceda, más Donald Trump se cansará del tema.

El presidente es un negociador nato, a los buenos negociadores no les agrada que les antecedan en ningún frente y mucho menos que les cambien el paso. Y, si por ganar tendrían que voltearse e ir a la contraria, lo harían sin titubeos.

En cuanto a lo tercero que tienen que insertarse en el cráneo: no desprecien más al que ellos creen que es el enemigo, y mucho menos al enemigo real. Que Maduro es la fachada lo sabemos, pero que el régimen castrista es quien está detrás es de lo que todavía algunos no logran enterarse de una buena vez…

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