Cultura/Educación

Luis Zalamea Borda y la novela Hispanounidense

Por Gloria Chávez Vásquez. 

 

“Luis tiene esa facilidad que tienen los Zalamea de ser cultos, graciosos y eruditos”.

Álvaro Castaño Castillo

(Periodista colombiano, 1920-2016)

 

La obra literaria de escritores inmigrantes iberoamericanos establecidos o asimilados en EE. UU, es reconoce ahora como literatura hispanounidense. Es una narrativa que ha cobrado auge por derecho propio, gracias a pioneros como la chicana Sandra Cisneros (La Casa en Mango Street), la dominicana Julia Álvarez (En el Tiempo de las Mariposas), el cubano Carlos Eire (Esperando Nieve en Habana), el argentino Manuel Puig (El Beso de la Mujer Araña), la puertorriqueña Esmeralda Santiago (Cuando era puertorriqueña) entre muchos otros.

En un excelente prólogo titulado Playas Oscuras, a la antología de narradores Noir Tropical Miami (2023), los autores reconocen en El Círculo del Alacrán (1990), una manifestación literaria fundacional en el relato en español del Miami actual. Y es innegable que la novela, publicada por un colombiano en la década de los 90 es uno de esos bastiones.

El realismo tragicómico

Luis Zalamea Borda (Bogotá 1921– Miami 2013) escogió para su novela El Círculo del Alacrán, un título metafórico: La imagen de una criatura astuta y venenosa, relacionada con el miedo y los temores y utilizada con frecuencia en el ocultismo: un animal que representa, en culturas como la santería afrocubana, el dolor y la muerte, pero también el renacimiento y la sanación. En una pose de auto defensa, prepara su aguijón para luchar contra cualquier depredador.

En el escenario miamense de Zalamea, un emigrante colombiano que trabaja en un periódico de cubanos, cuenta la historia de su suegro, –superviviente y buscavidas– desde su infancia y adolescencia en la Habana de Batista, su eventual escape del asfixiante y cruel régimen comunista y su lucha de adaptación en el mundo alucinante del exilio. No es ninguna coincidencia que el novelista, transformara el relato en una visión homérico-latina a partir de la anécdota, en la que el nombre del testigo y personaje es Homero Loaiza.

El Círculo del Alacrán, es un relato de realismo tragicómico, con dosis de novela noir que describe un antes y un después, de la interminable diáspora cubana, con la perspectiva del gran narrador que es Zalamea y su vasto conocimiento de las profundidades sicológicas de los personajes, así como de las culturas y tradiciones de Cuba, Colombia y Estados Unidos.

El escritor peruano Pedro Medina León, y los argentinos Gastón Virkel y Hernán Vera Álvarez, consideran la novela de Zalamea Borda un documento de la época, un fresco del Miami de fin de siglo y la comunidad en los que vivió al autor.

Luis Zalamea Borda

La evolución del escritor

Radicado en Miami desde los 60, Zalamea Borda formó parte de una dinastía de reconocidos escritores colombianos. Luis emigró a Estados Unidos por razones de estudio primero, trabajo después, pero se estableció finalmente en Miami con su esposa cubana Natalia Goenaga, y sus consentidos perros. Desde allí realizó trabajos importantes para su país, como corresponsal de la emisora cultural bogotana HJCK, traductor, promotor de turismo y diplomático. Su labor en esos campos le permitieron conocer el mundo y llevar una vida cómoda.

En 1994 publicó Un quijote visionario, la biografía de su amigo y compatriota Monseñor José Joaquín Salcedo, fundador de Radio Sutatenza, magistral proyecto educativo con el que educó y despertó a la Colombia rural durante tres décadas. Exiliado en Miami debido a las amenazas a su vida por fuerzas antagónicas de derecha e izquierda, “el profesor invisible” como lo llamaron sus alumnos y radioescuchas, murió el mismo año en que se publicó el libro.

Zalamea empezó a escribir su autobiografía a los 80 años, Memorias de un diletante (2009) en la que documentó sus experiencias y recuerdos de juventud, amistades, personajes e intrigas políticas y diplomáticas, así como acontecimientos del siglo XX y sucesos de comienzos del siglo XXI. Es un libro en el que hizo gala de su estilo periodístico tan agudo y mordaz.

 

 

 

La literatura del inmigrante

Luis Zalamea no era un inmigrante cualquiera. Ansioso por conocer mundo y empaparse de experiencias pudo viajar desde muy joven y gracias a su esmerada educación se convirtió en un gran exponente de la literatura colombiana. Escribió poesías, ensayos y novelas que le merecieron reconocimiento internacional. Sus trabajos como ejecutivo de publicidad, editor, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante la ONU le permitieron tender puentes y forjar fuertes lazos con su tierra y la del Tío Sam.

En su primera novela La hora de dar (1965) el escritor reflejó la frustración de un joven industrial colombiano, en su lucha interior por liberarse de los complejos de la sociedad en la que nació. Durante tres días de resaca y angustia existencial, Hernán, el protagonista, busca significado y propósito a su vida. A lo largo de la novela es evidente el sentimiento de urgencia cuando el autor regresa a Bogotá, después de una visita a Cuba en misión humanitaria. Sorprendido por lo que vio, quiere hacer algo por Colombia para evitar otra toma de poder castro-comunista.

Literatura miamense

Medina León, Virkel & Vera Álvarez postulan que los escritores que residen en la ciudad de Miami, tienen una marca narrativa que se ha vuelto estilo. Y la novela de Luis Zalamea, El Círculo del Alacrán con su alta dosis de la intriga del bajo mundo, es una de las dos responsables por marcar esas pautas. El noir en español de Miami tiene patente propia, donde la ciudad es una frontera que se nutre de lo anglo y lo latinoamericano. Su lenguaje es híbrido y plantea los conflictos de corrupción y de violencia en los que recaen los inmigrantes que ocupan una porción invisible en la pirámide social. De este modo se desbarata el Sueño Americano que les motivó a emigrar.

En el legado de Luis Zalamea Borda, inspirado en sus dos culturas, sobresalen Las guerras de la Champaña (1992); Un quijote visionario (1994); Memorias de un diletante (2009), pero a su obra de artículos, ensayos, novelas y poemarios de excelente calidad y publicados en México, Argentina, Bogotá y Estados Unidos, se añaden La hora de dar (1966); De la mesa y sus placeres (1997); además de sus poemarios Réquiem neoyorquino y otros poemas (1958); Germinación del Alba (1961); Voces del desierto (1984); el ensayo, España Omnipresente en la Florida (1978); Comarca sin frontera, antología poética (1996).

Al reseñar su primera novela La hora de dar (1966) Robert G. Mead Jr., crítico del Saturday Review comparó el estilo de Luis Zalamea con el del mexicano Carlos Fuentes y el del estadounidense Oscar Lewis en su habilidad “por comunicar a través de la realidad y la ficción la gravedad y la inminencia del peligro”.

El ardor del periodista, sublimado en el poeta e idealizado en el reformador social se reflejan en la obra de Zalamea. Y como escribió el comentarista de El Tiempo Roberto Posada, Luis nunca perdió el humor, ni su capacidad de puyar, tan presente en su vida y con los que les dio el sabor a sus escritos.

Gloria Chávez Vásquez escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos.

Compartir

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*