Por Andrés R. Rodríguez.
La reciente pandemia de COVID-19 ha dejado en evidencia las numerosas carestías y sinuosidades de OMS (Organización Mundial de la Salud), pero también de otras organizaciones internacionales, los gobiernos de países subdesarrollados y aun de los desarrollados. Se ha hecho evidente que estamos siendo gobernados por algunos que se pretenden políticos, políticos-tecnócratas o tecnócratas-políticos, pero que en realidad solo son individuos que saben reservarse un feudito burocrático, pedacitos de responsabilidad en un entramado disfuncional, nacional o mundial. Nos gobiernan escaladores por esas Torres de Babel que son los gobiernos, la ONU y sus cuasi-científicos burocráticos organismos dependientes (FAO, PNUD, UNESCO…).
La Ciencia tiene métodos para discernir eficientemente lo verdadero de lo falso. Suelen ser muy metódicas las ciencias exactas o experimentales (Matemática, Física, Química, Biología…), pero dejan margen a lo subjetivo las ciencias blandas y en especial las humanidades travestidas de científicas (Filosofía, Sociología, C. Políticas, Psicología…). Las organizaciones mundiales están repletas de burócratas que parecen tener una formación y rigor científico, pero son “científicos” blandos, que son muy buenos en la comunicación de ideas pero apenas tienen herramientas para solidificar estas ideas. En realidad mimetizan lo científico auténtico con mucha palabrería y concertación de intereses. Muchos de ellos, son en realidad funcionarios escogidos en sus países por sus pertenencias y fidelidades políticas, mas que por su pura capacidad científica. Incluso, dentro de las universidades, en el mundo existe una gran politiquería, que en algunos países corruptos ocupa y parasita todo el espacio académico. A veces hasta los rectores son un poco jorobados.
La profunda crisis científica que está sufriendo el planeta y el mundo deja en evidencia que en lo adelante tiene que haber un método más selectivo de cooptación de los funcionarios de organismos internacionales. Deberán ser personas con una mente especialmente preparada para complejas contingencias mundiales, analizadas con métodos científicos y fluido intercambio entre los decisores. No puede continuarse elevando a organismos internacionales, aquellos que son hábiles políticos, roba cámara o loros de feria.
La OMS es el principal organismo que debiera tener un Plan A, B, C para enfrentar una epidemia y una pandemia. Sus contradicciones recientes, y que aun hoy en día no se haya convocado una conferencia mundial para dilucidad lo que pasó y lo que pueda pasar, deja muy mal parada a la OMS y sus “funcionarios”.
Al frente de la OMS está el Dr. Tedros Adhanom. Su selección parece estar contaminada por intereses económicos, de raza e ideológicos. Los gobiernos de África, votaron concertadamente en bloque para su elección, así que él ha encabezado el enfrentamiento de la pandemia, más por africano que por capaz. China también lo apoyó para su elección. Su biografía resulta oscura y destaca su pertenencia a un partido marxista, y su servicio como ministro en un gobierno que participó en una guerra donde ocurrió un genocidio. Es muy cuestionable, que el Dr. Adhanom no se haya manchado las manos de sangre. Actualmente, resulta más que sospechosa e inconveniente su relación con corruptos gobiernos africanos y con el gobierno de China. ¿Por qué no se le sustituye, después de la incoherente y desastrosa gestión de la OMS del COVID-19? ¿No es lógico que simplemente por precaucion se nombren otros responsables de la OMS? Ninguna corporación privada en el mundo mantendría una directiva tan cuestionable.
Otros funcionarios de la ONU y de la OMS resultan tambien cuestionables. No son científicos. Estos señores de la burocracia son personas, algunas muy educadas y talentosas, pero generalmente han escalado la burocracia mundial al ser activos en los rejuegos políticos, usando los partidos como lanchas de desembarco para llegar a las playas de la hacienda pública. Los que tienen formación en campos de Humanidades y Ciencias Blandas, son muy buenos con el micrófono y preparando discursitos. Y ahora son una capa social totalmente diferenciada del resto de la población mundial, con experiencias e intereses bien definidos. Su mayor habilidad es haber solicitado y obtenido becas, grants, subvenciones, exenciones.
Sin embargo, ahora necesitamos en organismo internacionales, más aún en la OMS, personas con un altísimo nivel científico, de las que a la vez no existan dudas.
Hoy lo primero que hay que hacer es limpiar la OMS y luego, convocar a una Conferencia Internacional de científicos, no de políticos ni de burócratas, para que emitan un documento serio y definitivo sobre la pandemia actual y las porvenir, y que este organismo deje sus confusiones y de confundirnos.
Andres R. Rodríguez es Científico, Biólogo. Investigador premiado con varios libros editados, entre los que se encuentran: «Lista de Nombres comunes y científicos de peces marinos cubanos (Nomenclator)» (1984, CIP, 82 pp); «Breve Diccionario de Biología Pesquera” (Mar y Pesca, 1986-1987 80pp), «Peces marinos importantes de Cuba» (1987, Ed. Científico-Técnica, 236 pp), “Ecología Actual, Conceptos Fundamentales” (2000, UdO, 134 pp.), “Maritime Dictionary-Diccionario Marítimo (Eng-Spa)” (2009, Ed. Myths and Books, 400 pp) ¨Fábulas vivas¨ (Amazon/Alexandria Library, 2015), «Colonial Havana˗Trinidad” (2018, Amazon/Ed. Alexandria 150 pp), «Havana 500 Anniversary” (2019, Amazon/Ed. Myths and Books 120 pp). ), «Destellos al Alba” (2019, Amazon/Ed. Myths and Books 120 pp, Ensayo). «Caribbean Touristic Dictionary” (2019, Amazon/Ed. Myths and Books 165 pp), «Ecologia para Ecotourismo» (2020, Amazon/Ed. Myths and Books 380 pp), «La Verdad es llama” (2020, Amazon/Ed. Myths and Books 180 pp) En preparación: «Caribbean Ecotourism and Submarinism Eng-Spa”, «Ecotourism Multilingual Dictionary”, «Diccionario de Biología Pesquera”. Ha sido finalista en los concursos literarios “Historias sobre la Historia”. Silva Editorial (2006, Barcelona.) y Premio Orola con “Tacto”, (2009, Madrid). Actualmente es hombre de negocios, consultor de pesca, turismo, medioambiente, periodista freelance.
Pingback: La OMS, burocracia incompetente – – Zoé Valdés