Por Hughes/La Gaceta de la Iberosfera.
Con un comunicado entre Joker y Aquí no hay quien viva, Alvise ha dado las primeras explicaciones a lo suyo.
Las explicaciones son oro cómico.
Alvise no quería vivir de la política, así que, hormiguita, decidió lucrarse antes de empezar. «Pequeños sacrificios de moral», lo llama.
Alvise se declara «culpable», pero por «autónomo». Se victimiza así en la figura mártir de la vida española y huye hacia delante extremando su discurso en una especie de cryptoliberalismo, el liberalismo de los cryptobros. Acaba llamando a la insumisión fiscal, como un Espartaco del IRPF. Con dos cojones. Pero no dos, al alcance de cualquiera, sino tres. «¡Me importa tres cojones!». Su cojonudismo siempre es de tres, dos y otro de propina. Tres cojonazos colganderos como los tres pechos de la chica de Desafío total. Tres es lo que se dice cuando el cojonudismo se pone absurdo y ya no atiende a razones.
En el audio donde prestaba el llamémoslo servicio hay un detalle no menor. Dice estar librando una batalla por «la libertad financiera» contra «el Estado-Nación»…