Por Redacción ZoePost.
Idelfonso Merlo abre los ojos al mundo el día en que por primera vez se iza la bandera cubana en El Morro, entonces cuando su madre se resiste a nombrarlo Máximo como El Generalísimo, la partera lo maldice para que no pueda amar a las mujeres. Lejos de preocuparse, Échale Salsita, vive de fiesta en fiesta, de mujer en mujer, disfruta de Caruso en el teatro Tacón, comparte con Babe Ruth durante su gira en 1920, intercede con Gerardo Machado para liberar a Mella tras su huelga de hambre, pesca submarinos nazis con Hemingway al norte de Camagüey y mucho más, incluso es testigo del atraco del siglo en Cuba: el robo del diamante del Capitolio, sabe quién lo robó y dónde está. Este libro es la historia de un vividor y de la ciudad que habita, La Habana. Hombre y ciudad que se pensaron bendecidos y estaban malditos, o se creyeron maldecidos y se encontraron afortunados. A fin de cuentas, qué poco importa la desgracia o la fortuna si hay ron, rumba, sexo y mucha salsa, así que: Échale Salsita.