Por Dr. Rafael Marrero.
A un año del inicio de la pandemia del COVID-19, el Producto Interno Bruto (PIB) de los Estados Unidos registra una contracción del 3,5 %, el peor resultado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1946. Dado a conocer por el Departamento de Comercio, este dato confirma el grave impacto que ha supuesto el coronavirus para la economía estadounidense.
No sin razón hoy se habla de una devastación sin precedentes en tiempos de paz. Porque el coronavirus, además de cobrarle la vida a más de 430 000 norteamericanos, también echó por tierra los halagüeños resultados económicos que estábamos experimentando justo antes de que el virus irrumpiera en nuestra tierra.
Caída del PIB en 2020
Según un artículo difundido por El País, que examina las estadísticas del Departamento de Comercio, la caída del PIB en 2020 estuvo directamente relacionada con los siguientes eventos:
- Entrada en recesión en febrero de 2020.
- Cierre en masa de las pequeñas empresas.
- Pérdida de diez millones de puestos de trabajo.
- Consiguiente elevación de la tasa de desempleo.
- Reducción del consumo personal en un 3,9 %.
- Disminución de las exportaciones en un 13 %.
- Gran contracción en la inversión privada.
- Reducción en el gasto de las administraciones locales y estatales.
- Altibajos causados por las diferentes olas de la pandemia.
Paralelamente a estos indicadores, cabe mencionar que, en diciembre pasado, la inflación fue de un 0,4 % (superior a la de noviembre) y que los precios estuvieron un 1,3 % por arriba de los niveles registrados en igual etapa de 2019, tal como revela el Diario Las Américas en su artículo “EEUU: Suben ingresos por ayuda y cae el consumo”.
Expectativas para 2021
Como el COVID-19 sigue fuera de control, y aún falta bastante para que la mayoría de la población sea vacunada, expertos consideran que el crecimiento económico seguirá siendo negativo en el primer trimestre de este año y que solo a partir del verano podría ocurrir un despegue, cuando las pequeñas empresas hayan recibido ayuda del nuevo paquete de estímulo.
La segunda ronda del Programa de Protección de Pago (PPP2) y el Préstamo de Desastre por Daños Económicos (EIDL), así como el anticipo reservado del propio EIDL y el Programa de Subvenciones para Negocios de Entretenimiento en Vivo (próximos a abrirse), conforman el grupo de opciones de financiamiento a las que podrán acogerse los pequeños negocios más afectados por la pandemia.
Pronósticos de la Fed
De acuerdo con un artículo de Infobae, la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) vaticina que el PIB podría crecer un 4,2 % en 2021 y un 3,2% en 2022. Si bien se desconoce el impacto económico que podría tener la campaña de vacunación contra el COVID-19, tal pronóstico del banco central estadounidense se sustenta en el posible éxito de la inmunización masiva.
Aunque «la actividad económica presenta riesgos considerables a mediano plazo», según la Fed, la entidad federal augura una recuperación del mercado laboral en 2023, teniendo en cuenta que, para entonces, la tasa de desempleo podría caer al 3,5 %, en lo que vendría siendo un nivel similar al que tenía en febrero de 2020.
«La actividad económica y el empleo continuarán mejorando», ha dicho el organismo estatal, al tiempo que reitera su compromiso de «utilizar todas las herramientas a su disposición para sostener la economía en tiempos difíciles», como, por ejemplo, mantener sus tasas cercanas a cero a fin de impulsar el consumo y la inversión hasta que la economía se recupere.
Efectos dispares del COVID-19
Si bien millones de estadounidenses se quedaron sin trabajo en 2020 por culpa del coronavirus, ciertamente, los efectos del COVID-19 en torno al empleo han sido muy variados, según destaca el artículo “Economía mundial en 2021: quiénes serán los ganadores y los perdedores”, difundido por la BBC.
La nota señala que muchos de los que perdieron sus trabajos o negocios (jóvenes, mujeres y minorías étnicas), «tendrán dificultades para encontrar un nuevo empleo o regresar a sus niveles de ingresos anteriores, porque es improbable que los sectores de bajos salarios, como el comercio minorista y la hostelería, se recuperen por completo después de la pandemia».
Del otro lado, prosigue el artículo, están los empleados con trabajos a tiempo completo y altos salarios, que trabajan desde casa, quienes no solo no han sufrido el impacto en sus bolsillos, sino que también han podido ahorrar, ya que hay menos opciones para gastar el dinero a causa del confinamiento.
En este sentido, la gran interrogante para la economía estadounidense es si, en este 2021, aquellos con trabajos seguros y altos ingresos volverán a sus patrones de gasto anteriores o mantendrán sus ahorros debido a la incertidumbre.
Desempleo y nivel de consumo
Las estadísticas más recientes en torno al desempleo, divulgadas por VOA Noticias, señalan que, en diciembre, unas 140 000 perdieron sus trabajos, hecho considerado como el «primer resultado negativo en este aspecto desde abril y una clara señal de que la pandemia de coronavirus está pesando de nuevo sobre el consumo y las empresas».
En el reporte “EE.UU.: la economía perdió 140 000 empleos en diciembre”, la fuente se hace eco de las estadísticas difundidas por el Departamento del Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés), que contrastan con los 336 000 puestos de trabajo creados en noviembre.
Según el DOL, hasta el momento, «la economía solo ha recuperado la mitad de los 2,2 millones de empleos que se perdieron en marzo y abril durante el primer confinamiento y cierre de negocios por la pandemia».
Economistas opinan que esto se debe a que «el gasto del consumidor ha crecido muy poco en los últimos meses y a que las empresas no tienen muchos incentivos para contratar empleados». Tanto es así que la economía se mantiene con 9,9 millones de puestos de trabajo menos que antes de que empezara la pandemia.
Con respecto a los gastos del consumidor, el DOL refiere que el repunte de casos de COVID-19 y el frío han obligado a los estadounidenses a reducir sus actividades en restaurantes y tiendas, y a no viajar, al tiempo que varios estados han impuesto nuevas restricciones en cuanto al cierre de comercios y otros centros de reunión.
A pesar de esta realidad, expertos en la materia no creen que el país vuelva a caer en una recesión, primero, por el amparo económico que recibirán las pequeñas empresas con el nuevo paquete de estímulo y, segundo, porque, «a medida que las vacunas lleguen a más personas, se espera que la actividad se reanude con fuerza para el segundo semestre de 2021».
En cuanto a las ramas más afectadas por el coronavirus, cabe mencionar que una de las más perjudicadas por los cierres parciales o totales de los negocios ha sido la de los servicios, área en la que, además, se desempeñan empleados muy precarios, como afroamericanos, latinos y mujeres, remarca el citado artículo de El País.
El reporte añade que, unido a ello, ciertos sectores que venían registrando datos positivos, como la manufactura y la construcción, han sufrido el impacto de la reducción en el consumo experimentada en el último trimestre de 2020 como resultado del propio coronavirus y la demora en la aprobación del último paquete de estímulo.
Retos para los pequeños negocios
Ciertamente, la pequeña empresa estadounidense ha sido gravemente afectada por la pandemia del SARs-CoV-2. Millones de pequeños negocios fueron conducidos al cierre total o a la paralización parcial de sus actividades con las respectivas consecuencias que ello ha implicado. Y, aunque el gobierno les ha dado su mano con préstamos y subvenciones federales, lo cierto es que hoy muchos pequeños comercios se enfrentan a una situación extrema.
En este 2021, los pequeños empresarios, cuyos negocios sean elegibles para los programas de financiación vigentes, podrán intentar salir adelante, manteniendo o recuperando su nómina de empleados, pagando deudas antiguas, cubriendo gastos operativos y costeando gastos de servicios públicos, entre otros beneficios.
Asimismo, aquellos que continúen aferrados a su antiguo modo de operar, deberán replantearse qué hacer para salir a flote o reinventarse, como ya lo han hecho muchos. Sobre este particular, la Administración de Pequeñas Empresas (SBA, por sus siglas en inglés), dio a conocer hace poco algunas de las tendencias comerciales que predominarán en este año.
El comercio electrónico, las opciones de pago alternativas, el trabajo remoto a largo plazo y los servicios virtuales, son algunas de las áreas en las que los pequeños negocios deberán enfocarse para poder hacerle frente a los obstáculos impuestos por la pandemia.
Asimismo, la SBA aconseja a aquellos que estén pensando en abrir una pequeña empresa, inclinarse por los negocios de ciberseguridad y acondicionamiento físico en el hogar, entrega de alimentos, juegos y telemedicina, que son algunos de los más demandados bajo las circunstancias especiales actuales.
Sin duda alguna, el año 2021 será igual de desafiante que el 2020, aunque ya con una esperanza más palpable de mejoría por la existencia de vacunas contra el COVID-19 y las ayudas federales disponibles para los pequeños comerciantes. Confiemos en que la vuelta a la verdadera normalidad se imponga bien pronto y que nuestro país salga triunfante de esta experiencia, tal como lo ha hecho siempre.
Fuentes:
Dr. Rafael Marrero es Economista. Graduado de las universidades de Stanford y Cornell, es un reconocido experto en EE.UU. en contratación federal, emprendimiento para pequeñas y medianas empresas y gestión de proyectos. Autor del bestseller de Amazon “La salsa secreta del Tío Sam”.