Sociedad

2020 años y ¿qué hemos aprendido?

Imagen de Susanne Jutzeler

Por Eleggua Irosoumbo.

Dicen que se verá nuevamente la Estrella de Belén, algunos lo ven como un gran mensaje; “el regreso de Cristo”, comentan algunos. Sin duda es un gran mensaje, una inconmesurable esperanza, pero estoy seguro que no ha de tener que ver con el regreso del Hijo de Dios. ¿Para qué?  Estoy más que convencido, tal como veo a este mundo hoy, que la historia se repetiría, creo que terminaría nuevamente en una cruz; ahora incluso más moderna y con mayor tecnología. Creo que no aprendimos nada en estos 2020 años.
Sí, hemos avanzado muchísimo, pero ninguno de esos avances nos ha hecho mejores. Pienso que a Jesús le costaría mucho hasta conseguirse sus 13 discípulos, y si llegara a conseguirlos de los 13 habrían 12 Judas. Habrían compañías de vinos que por temor a quebrar lo demandarían por competencia injusta (por aquello de convertir el agua en vino), las grandes marcas de ropas se fajarían por diseñarle su túnica y porque llevara sus insignias; en las redes sería calumniado y acusado de impostor, no le alcanzaría el tiempo para entrar a los templos a patear y tumbarles sus mesas de infamia y engaños. La iglesia se llevaría la peor parte si los abogados del mundo convencieran a Cristo de demandarla por pagos atrasados y acumulación de riquezas en su nombre, sería un verdadero desastre.
En fin, si Cristo regresara, se volvería a ir. ¿Regresar? ¿A qué? Me imagino que en Facebook tendría billones de seguidores y en otras redes sociales muchos más, ya puedo también imaginar como le censurarían sus escritos y mensajes por no cumplir con las normas y las reglas establecidas. Y, si por alguna casualidad se postulara en Estados Unidos, el fraude no lo dejaría llegar al poder.
Yo sí voy a buscar en el cielo la estrella de Belén, y en nombre del dolor que le causamos en el año 33 le pediré que no regrese aquí a nada, que no hay nada nuevo que podamos ofrecerle ¡que no sea otra cruz!
Perdón, Dios. ¡No te cumplimos! ¡No aprendimos! No somos mejores que aquellos que ya un día crucificaron a tu hijo, no permitas que por ese inmenso amor que él nos tiene, tenga de nuevo que pagar el precio por nuestras miserias. ¡Amén!
Eleggua Irosoumbo es ex preso político y freelancer.
Compartir

4 Comments

  1. Félix Antonio Rojas G

    Amén ¡¡¡…

  2. Ketty Sainz

    Triste pero real. Un abrazo!!

  3. lamasiel zupova

    Genial,Amen.

  4. AMEN!! nunca mas certera esta reflexion

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*