Relato Político

10 de Diciembre: ¿Derechos Humanos?

Por Eleggua Irousoumbo.

 

Allá por el año 1989, en el mes de mayo, la tiranía dejó entrar a la prisión Combinado del Este a un grupo de la Cruz Roja Internacional. Recuerdo que estaba en el tercer piso del ala sur; ese piso era para los menores, edificio #3. Recuerdo que me sacaron a las 4: 00 am para el salón de visita. La entrevista fue con una de las miembros de la Cruz Roja, una sueca bella fue a las 2 de la tarde. Me llamó la atención el por qué si la entrevista era a las 2 de la tarde me sacaron tan temprano del edificio.

La señorita me preguntó sobre muchas cosas, yo tenia sólo 18 años, pero por mi extrema delgadez me veía como de 14. En la conversación me pidió que le hablara de las violaciones de los “Derechos Humanos” en Cuba, a esa pregunta mi respuesta fue: “¿Violación de derechos humanos en Cuba?” Ella me confirmó que sí. Entonces le dije: “Señora aquí en este país por lo menos a mi jamás me han violado ningún derecho, y mucho menos eso que usted dice de humanos…”

Ella, con una cara de asombro, pensando que estaba entrevistando al tipo equivocado comentó: “Entonces, ¿aquí a usted jamás le han violado sus derechos?”. Respondí: “Mire, ojalá algún día a mí en este país me violen algún derecho; eso solo querría decir que poseo algún derecho que se me pueda violar. En este país yo jamás he tenido un sólo derecho. ¿Cómo es que se me puede violar algo que yo no poseo y jamás he tenido? Ella sonrió y con cara de asombro me preguntó: “¿Qué tiempo llevas preso?” Contesté: “¡Dieciocho años! Con rostro de “estoy hablando con un loco” me replicó: “¿Cómo que dieciocho años? Si tú sólo tienes dieciocho años?” Le dije: “Exactamente, nací sin libertad ni derechos. ¡Nací preso! Si su pregunta es cuánto tiempo llevo en la cárcel pequeña, bueno, llevo 1 año y 4 meses…”

Hablamos mucho más, en ocasiones la noté triste y llorosa, asombrada de mis denuncias sobre las condiciones de vida en esa prisión pequeña.

¿Se acuerdan de que les escribí que me sacaron a las 4:00am para la entrevista? Pues me devolvieron al edificio a eso de las 6 de la tarde. Cuando regresé a la celda todo estaba limpio: sábanas nuevas, ropa de preso nueva. Ese día dieron de comer arroz y frijoles, chuletas de puerco. Me dije: “coño, no jodan, ¿aquí qué carajo pasó?… Veinte minutos después entraron los miembros de la Cruz Roja Internacional a hacer una inspección. Cuando esa joven bella y sus colegas vieron la comida, las condiciones de limpieza, y a los bien vestidos presos, hicieron hasta un lema a favor de Fidel y la Revolución. Ella personalmente me miró como si yo fuera Pinocho en persona, se sintió engañada.

Para ser breve y parar esta muela, cuando se fue la Comisión, el instructor de aquel piso de menores, Vicente Hernández, me llevó a su oficina para burlarse de todas mis denuncias. Habían escuchado toda mi entrevista con la señorita de la CRI; me dieron una gran paliza, y me enviaron a la celda de castigo 47. A los diez días me trajeron de vuelta. Los niños presos que ahí habían me gritaban: “¡Bongori, asere, trata de hacer algo para que vengan esos yumas otra vez, ¡¡¡para poder comer chuletas!!!

¡Derechos Humanos,  ¡¡¡ni un carajo!!!

Eleggua Irosoumbo es ex preso político y freelance.

 

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