Por Carlos Carballido.
El día más terrible para el Partido Demócrata de EE UU ha llegado con el anuncio de la Jueza Amy Coney Barrett para ocupar la vacante en la Corte Suprema (SCOTUS por sus siglas en inglés). Ni siquiera una victoria de Trump les aterra tanto porque en 4 años más el magnate devenido presidente será solo un amargo recuerdo para ellos. En cambio, si la Jueza Barrett llega a ser confirmada , como casi todo el mundo asume, América podrá sobrevivir como estado de Derecho y Libertades por quizás unos 40 años más.
Los demócratas saben que si bien Obama aceleró la agenda socialista que les ha dado a ellos casi un estatus de policías ideológicos en un corto margen de tiempo, la nueva correlación de fuerzas inclinará la balanza de la Suprema Magistratura de la nación hacia el ala conservadora y todo el camino avanzado por la izquierda radical dentro del país será destruido y establecido como Ley inviolable que cada estado deberá asumir.
Sin esperar un segundo ya empezaron a movilizarse a pesar de que todo apunta a que será muy difícil montar un show mediático de descrédito contra Barrett en las audiencias de confirmación debido a que es mujer, y madre adoptiva de dos niños de Haití. Por lo tanto en lo que sí no han perdido tiempo es en proponer cambiar las reglas sobre el proceso de nominación a SCOTUS y limitar el período de servicio en esa institución a 18 años. Esta es solo una de las muchas tácticas que utilizarán los demócratas en las próximas semanas pero de igual manera ya muchos senadores como Ted Cruz (TX) han dicho: ok está bien, hagamos lo mismo con el término de permanecía en el Congreso y el Senado, propuesta que no ha caído nada bien, sobre todo en congresistas demócratas como Nancy Pelosi y Maxine Waters que llevan casi una vida en sus escaños.
Los demócratas saben que con una Corte Suprema de mayoría republicana y con una Jueza Originalista como Barrett (estilo que solo se apega a fallar en lo que dice la Ley y no en su reescritura) el presidente Trump podrá desmantelar todo ese trabajo destructivo que sembró la administración de Obama. Con esta denominación del presidente y la gran posibilidad de que haya otra candidatura en los próximos cuatro años, estos jueces continuarán destruyendo las esperanzas del partido socialista marxista de cambiar fundamentalmente a Estados Unidos y de solo pensarlo, los Demócratas caen un shock demencial.
Desde la era Obama, y la últimos años de George W Bush, los hechos han demostrado que tanto nuestra forma de vida, nuestro excepcionalismo y liderazgo mundial, las libertades religiosas, el sistema de impuestos, el proceso legislativo, nuestra libertad de expresión, la libertad de portar armas, y todos los beneficios que nos ofrece la Constitución han estado amenazados y condenados a la destrucción debido al avance de una agenda socialista muy agresiva y extremadamente bien financiada.
Los demócratas están peligrosamente desbocados hacia la destrucción no solo de nuestras libertades sino presionando cada vez más por la medicina socializada, realizando cambios críticos en Medicaid y el Seguro Social mientras aumentan el número de personas que dependen del gobierno para su existencia. Es evidente lo que han conseguido en el control social sobre nuestras escuelas y el sistema educativo donde han quitando la educación de las manos de los padres y distritos locales para entregarla al control burocrático socialistoide y ateo del gobierno federal. Los demócratas también favorecen una perspectiva globalista en la que el supuesto calentamiento global tiene prioridad sobre el bienestar del pueblo estadounidense a un elevadísimo costo que en pocos meses sociabilizará la extrema pobreza de la población.
Toda esta carrera de 100 metros planos que rompe récord de velocidad año tras año en EE UU puede detenerse casi por completo desde el primer día que asuma la Jueza Barrett la plaza vacante en SCOTUS porque como Originalista ella solo fallará sobre la base de lo que dicta la Constitución estadounidense. Solo así la agenda socialista que ya está regada como cáncer en nuestra sociedad, finalmente recibirá una buena dosis de quimioterapia y nuestros hijos podrán tener en sus manos un futuro próspero y humanista. El Apocalipsis, hablando en términos bíblicos, pudiera ser desde este minuto, una realidad para los Demócratas y falta que nos hace.
Carlos Carballido es periodista freelancer, productor de TV y Vicedirector de ZoePost.
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